Publicado por Hola a todos en ObservaSistemas.com. Hoy vamos a hablar de algo que, aunque no lo creas, es crucial en la gestión de equipos humanos en sistemas, monitorización, DevOps, y SRE. Sí, esos equipos que día tras día están en las trincheras, gestionando infraestructuras, redes y sistemas. Todo parece ir sobre ruedas, pero ¿qué pasa cuando de repente falta alguien?
Esta es una crisis curiosa y, créeme, no tiene que ver con errores de monitorización o con la carga de trabajo. Se trata de la ausencia de un miembro del equipo, ya sea por renuncia, enfermedad o cualquier otro motivo. Es un tema serio, especialmente cuando el equipo es ajustado en tamaño o si el know-how está muy concentrado en una o dos personas.
En muchas empresas, este escenario es conocido, pero, curiosamente, a menudo no hay un protocolo preparado para manejarlo. Y aquí es donde entramos en un terreno interesante. La transición suave es clave, igual que la transferencia de conocimientos a quien llegue nuevo, si es necesario. Hemos hablado de esto antes, pero merece ser resaltado nuevamente.
Ahora, a todos nos gusta pensar que somos imprescindibles, pero la realidad es otra. Las empresas sobreviven a la marcha de sus empleados. Es una verdad dura, pero real. En un mundo ideal, todos tendríamos una relación laboral estupenda con nuestros jefes y compañeros,a veces no es así y se produce una baja en el equipo. Pero, bueno, ese es otro tema.
Lo cierto es que la empresa seguirá adelante sin ti, igual que si te pasa algo. Duro, pero cierto. Esto aplica también a los jefes y mandos intermedios. La preparación para la transición es esencial, igual que tener un equipo bien configurado y preparado para contingencias.
También me gustaría resaltar, siempre que sea posible, en estos casos la importancia de dejar una buena huella. Nunca sabes dónde te vas a encontrar a tus antiguos compañeros o jefes. Dejar una buena estela es vital; el mundo es más pequeño de lo que crees.
Entonces, ¿por qué muchos equipos no están preparados para estas situaciones? A veces, se generan silos de conocimiento que, aunque parezcan útiles a corto plazo, a la larga son perjudiciales. Es aquí donde los siguientes tres pilares fundamentales entran en juego para manejar esta situación cuando se produce, y creeme que llegará, tarde o temprano:
- Documentación Sólida y Efectiva:
- Propósito: Esto puede ser tedioso, pero es fundamental para el futuro y para manejar crisis. Crear una base sólida de información que facilite la gestión en tiempos de crisis.
- Implementación:
- Documentación completa y detallada de las operativas y procedimientos.
- Evitar posponer la documentación; integrarla como una práctica regular.
- Asegurar que la documentación sea accesible y comprensible para todo el equipo.
- Impacto: Facilita la transición en momentos de crisis y evita la dependencia excesiva de conocimientos no compartidos.
- Distribución y Rotación del Conocimiento:
- Propósito: Prevenir la formación de silos de conocimiento que centralicen la información crítica en pocas personas.
- Implementación:
- Se darán nichos de especialización diversa en el equipo en áreas como desarrollo, administración de sistemas, redes, etc. pero es necesario expandir el conocimiento mínimo a todos los que forman el grupo.
- Impedir que el conocimiento se concentre en una o dos personas.
- Promover una rotación del conocimiento y el desarrollo de competencias mínimas en diferentes áreas.
- Impacto: Reduce la vulnerabilidad del equipo ante la ausencia de miembros clave y mejora la resiliencia general.
- Fomento del Diálogo y la Buena Comunicación:
- Propósito: Mantener un ambiente de trabajo saludable y una comunicación efectiva dentro del equipo. Esto es clave. Un mal ambiente repercute en todo, desde la documentación hasta la transmisión del conocimiento. Vamos, que si este punto falla, fallarán el 1 y el 2
- Implementación:
- Establecer canales de comunicación abiertos y sinceros.
- Evitar la creación de subgrupos o ambientes tóxicos que impacten negativamente en la documentación y transferencia de conocimientos.
- Estar atentos a las necesidades y el bienestar del equipo, más allá de simples cuestionarios estadísticos.
- Abordar conflictos o desajustes en el equipo de manera asertiva y profesional, buscando soluciones pactadas.
- Impacto: Garantiza una colaboración efectiva, un mejor flujo de información y un equipo más cohesionado y preparado para enfrentar desafíos.
Cada uno de estos pilares contribuye a construir un equipo más fuerte y preparado para afrontar la ausencia de miembros clave, asegurando así la continuidad y eficacia operativa.
En conclusión, prepararse para la ausencia de un miembro del equipo es esencial. La vida da muchas vueltas, y esto aplica tanto al técnico de campo como al directivo. Con una buena gestión y competencia en la gestión de equipos, se pueden manejar estas situaciones de manera menos traumática. Recordemos que en el ámbito profesional, siempre hay espacio para mejorar y adaptarse a los cambios, y este es un buen punto de partida.
«El verdadero genio de la gestión no se revela en la creación de equipos invencibles, sino en la capacidad de garantizar que el equipo persista y prospere incluso cuando sus estrellas están ausentes. La fuerza de un equipo radica no en la brillantez de un individuo, sino en la resiliente sinergia de muchos»